Terapias Holísticas

Los beneficios de la meditación

La meditación se practica desde hace más de tres mil años. Tiene su origen en el hinduismo y el budismo y posteriormente ha estado presente, de forma variada, en muchas religiones.

En los últimos años se han realizado numerosos estudios científicos de la mano de expertos en psicología, medicina y neurociencia que corroboran los numerosos beneficios derivados de la práctica de la meditación.

Estos beneficios inciden en la salud física, mental y emocional. La meditación aporta tranquilidad y relajación, además de proporcionar beneficios cognitivos y psicológicos, cuyos efectos permanecen durante todo el día.

Se produce un cambio físico en el cerebro; aumenta la densidad de la materia gris y el tamaño del hipocampo, así como el de estructuras relacionadas con la compasión, la introspección y la autoconciencia. Además, disminuye la materia gris en la amígdala, zona encargada del miedo y el estrés. También aumenta el grosor de la corteza prefrontal y la ínsula, lo que significa que aumentan la consciencia, la atención y la concentración.

Aumenta la actividad de las ondas alfa del cerebro, que intervienen en el estado de relajación óptimo.

Mejora la memoria y también lo hacen la capacidad de aprendizaje, la capacidad de tomar decisiones y la claridad mental. Uno adquiere más control sobre sí mismo y puede abordar la introspección con mayor facilidad.

Se reduce la autocrítica y aumentan la autoestima y el sentido de la identidad.

Se incrementan el nivel de energía y la productividad.

Se reajusta la concentración de ácido láctico en la sangre, con lo cual se mitiga la ansiedad.

La persona gestiona mejor sus emociones, y los niveles de depresión también descienden. Y las emociones positivas se ven estimuladas: la empatía, la creatividad, la compasión, la autoconciencia y la felicidad.

Disminuye el nivel de cortisol en sangre, hormona neurotóxica capaz de arrasar las terminaciones neuronales y reducir así la capacidad de memorizar y de aprender.

La meditación aumenta la longevidad, estimula una mayor densidad neuronal y frena el proceso de reducción del córtex cerebral y el declive cognitivo. Mitiga el deterioro mental.

Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Baja la tensión arterial. Desciende la frecuencia cardiaca.

Mejora el sistema inmunitario.

Se logra crear un estado de bienestar y equilibrio que alinea el cerebro y el corazón. Esto significa un aumento de la resiliencia, que va acompañado de una mayor energía y sentimientos de seguridad, conciencia, amor y agradecimiento a los demás.

La práctica de la meditación es una herramienta para entrenar y calmar la mente; nos ayuda a presenciar los pensamientos recurrentes y reactivos sin juzgarlos y nos libera de los patrones automáticos a los que estamos sometidos en la vida diaria.

El fundamento científico de los estudios que constatan los beneficios enumerados es muy relevante. Estas investigaciones demuestran que el cuidado de la mente es fundamental para un bienestar humano duradero y también atestiguan que el cultivo de la práctica meditativa estimula cualidades elevadas en el ser humano, la bondad y la compasión principalmente. Estas cualidades provocan cambios positivos y estables que repercuten favorablemente en el individuo, en su familia, en su comunidad y, finalmente, en todo el planeta.

Al cumplir 80 años, el dalái lama animó a la humanidad a hacer tres cosas: lograr la serenidad, asumir el timón moral de la compasión y hacer lo que esté en nuestra mano para mejorar el mundo. Y, como dicen Daniel Goleman y Richard J. Davidson, para esto se necesitan personas que encarnen las cualidades que son la buena voluntad, la tolerancia, la paciencia, la amabilidad y la compasión.

 


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Yolanda San Miguel

Terapeuta holística y formadora