Cuando hay plena sintonía entre lo que haces, lo que dices y lo que sientes entras en el estado de coherencia; en este estado la interferencia vibratoria suma, no resta.
El plano mental: En él se encuentran todos los pensamientos que tenemos. Contiene la actividad y creación de la mente; todas aquellas actividades racionales y reflexivas del intelecto o las abstracciones de la imaginación.
Los pensamientos diarios pueden ser nuestros mejores amigos o todo lo contrario. Es muy necesario prestar atención a la calidad de los mismos. Hemos de estar atentos, sobre todo si tenemos tendencia a tener pensamientos recurrentes, juicios hacia nosotros mismos y hacia los demás. Este tipo de pensamientos no nos sirven para nada; lo único que consiguen es apesadumbrarnos más. Afectan al bienestar de todo el cuerpo y dan lugar a una sensación de cansancio, signos de irritabilidad… Todo ello nos inhabilita para ser efectivos y felices con las tareas de nuestra vida diaria. Te sorprendería saber cómo afecta a nuestro estado físico, al trabajo, a la pareja, al descanso, el simple hecho de tener estos pensamientos recurrentes y negativos. Aunque, como ocurre con todo, existen recursos y soluciones. Es bueno comprobar si los pensamientos que tenemos nos motivan, nos ayudan a mejorar y a ser más felices en la vida; esto es crucial para tener una mente sana y despierta. Observar nuestras propias creencias (si son limitantes o potenciadoras) y generar pensamientos de calidad nos llena de autoestima y nos ayuda a clarificar objetivos y a actuar con voluntad y precisión.
El plano emocional: Es el mundo interior que sentimos. Las emociones tienen su repercusión en los ámbitos psíquico y fisiológico. Las emociones organizan respuestas bioquímicas en todo nuestro cuerpo.
Es muy importante comprender que no existen emociones buenas o malas. Las emociones son grandes maestras; nos alertan del estado base en el que nos encontramos. Entrenarnos en la inteligencia emocional nos dota de la capacidad de conocer nuestros estados de ánimo y de saber gestionarlos a favor nuestro. Si tenemos las herramientas para gestionarlos nos permitiremos ser con todo nuestro potencial. Imagina cómo se manifestaría tu potencial si no estuviesen presentes las limitaciones del miedo, la inseguridad, la baja autoestima.
Pautas para fomentar la salud mental y emocional:
- Tómate un tiempo para ti. Respira y cuenta hasta 90 o 100. Hay estudios que demuestran que hacen falta 90 segundos para que los desencadenantes neuroquímicos se desactiven en el cerebro y la química cerebral vuelva a la normalidad, calme la mente y ayude a encauzar el pensamiento. Busca tus momentos de silencio (pon una vela e incienso) o disfruta tus días libres en algún lugar que te evoque belleza y bienestar. También puedes disfrutar con una buena compañía en la que puedas depositar tu confianza, a la que puedas expresar tus sentimientos y con la que puedas compartir experiencias.
- Ordena tu vida: Si gestionas bien tu tiempo y llevas un orden tanto en el área profesional como en tus actividades de ocio y mantienes una estabilidad en los horarios de tus comidas, entre el sueño y la vigilia y en cualquier área de tu vida, tu mente se sentirá más relajada, más equilibrada.
- Aquí y ahora. Mantén tu presencia en la situación en la que te encuentras; no te permitas caer en el bucle del pensamiento repetitivo y estéril. Estar presente favorece la claridad mental y la capacidad de ser proactivo para hallar formas de cambiar el estado emocional.
- No juzgues; solo observa. Observar los pensamientos de forma objetiva te ayudará a ser consciente de ellos sin experimentar emociones negativas. Piensa en los hechos que te han conducido hasta esa discusión, en lo que puedes hacer para finalizarla y en la causa específica de tu enfado. Básate solo en los hechos objetivos y concretos.
- Elige estrategias proactivas. Crea un plan saludable; realiza actividades que te ayuden a guiar tus pensamientos y resolver las situaciones de conflicto. Planifica un horario para realizar alguna actividad creativa que aporte alegría a tu vida. Háblate en positivo, recuerda tus virtudes y tus logros. Escribir tus pensamientos en un diario es una herramienta terapéutica para encauzar y averiguar tus sentimientos profundos. Hemos de ser conscientes de que hay muchas cosas que escapan a nuestro control; el único individuo en el que podemos trabajar con el fin de crecer como personas somos nosotros mismos.
- Consejos ancestrales: Los 4 acuerdos toltecas.
- No hagas suposiciones: no des nada por supuesto. Si tienes dudas, acláralas; suponer te hace inventar historias que te envenenan.
- No te tomes nada personal: si alguien te quiere lastimar se está lastimando a sí mismo.
- Haz siempre lo mejor que puedas; de esa manera siempre te sentirás bien contigo mismo.
- Se impecable con tus palabras, y sé coherente con lo que pienses y hagas.
- Medita: Meditar de forma regular y respirar correctamente ayuda a ser más resiliente y actuar con más asertividad en los conflictos. Busca algo de tiempo para meditar a diario, aunque solo sean entre 5 y 10 minutos. Se ha demostrado que la meditación favorece la relajación, ayuda a gestionar mejor el estrés e incrementa el bienestar, la salud del cuerpo y del corazón.