Terapias Holísticas

7 claves para elevar la autoestima

Una sana autoestima es un requisito fundamental para nuestra felicidad. Es un sentimiento que equilibra nuestros pasos en el trayecto de nuestra vida. La sana autoestima juega siempre a nuestro favor; no se deja atrapar por la autocrítica destructiva e hiriente. Se podría decir que es una de las mejores cualidades que nos podríamos llevar a una isla desierta.

Y ahora te preguntarás: “¿Que podría hacer yo tan solo con mi autoestima en una isla desierta?”. Te diría que es una buena pregunta. Vamos a verlo:

Con una adecuada y armoniosa autoestima, tu mente creadora encontraría un campo fértil de ideas para elaborar el mejor plan de supervivencia; sacaría todo tu potencial a flote. Es decir, no sucumbiría a los “no puedo”, a los “no sé”; tampoco sucumbiría a los ataques mentales del tipo “si ya lo sabía yo, soy un imbécil”, ni recurriría a eventos del pasado para culparse de la situación que en ese instante estaría viviendo.

No quiero decir que con una buena autoestima te convertirías en un ser con superpoderes, pero sí ocurriría que tu mente permanecería libre y despierta para encontrar una salida o para aceptar la situaciones que acontecieran y resolverlas del mejor modo. No en vano, la autoestima significa llanamente “me amo a mí mismo, me conozco, me acepto tal y como soy”; de ello se desprende que “me cuido, me responsabilizo de mi vida y opto por crecer, aprender y mantenerme conectado a mi poder interno y a mi corazón, que guía mi camino”.

En esta isla desierta, si padeces de baja autoestima no necesitas a nadie más para recordarte todos tus complejos. Te bastarás a ti mismo; tu pensamiento enjuiciador y hasta despiadado se encargará de demoler la pizca de poder que puedas sentir y te hundirá en el sufrimiento y el victimismo.

O podría ocurrir que esa situación tan límite te hiciera darte cuenta del ser tan valioso que eres, de que es posible salir vivo de una experiencia tan cruda. En este caso la isla desierta podría salvarte de tu ego y al mismo tiempo te haría consciente de lo que en esos momentos calificarías de tonterías. Recordemos que la baja autoestima es un habitante de la casa del ego; ambos se retroalimentan y, al hacerlo, se nutren y expanden.

En la experiencia límite de la isla calificarías de tonterías las situaciones derivadas de una baja autoestima, como cuando te mirabas al espejo y te decías lo gorda o gordo que estabas, o cuando no te atrevías a hablar porque creías que tu amigo era más inteligente que tú, o cuando ibas a una entrevista de trabajo y ya sabías que no iban a contratarte porque ya eras muy mayor y la juventud estaba más preparada que tú, o cuando creías que nadie se fijaría en ti porque no destacabas en nada, etc. Podría inventar muchos más escenarios, y seguro que podrías aportar tu lista personal de ejemplos de baja autoestima.

¿En serio tenemos que recurrir a experiencias límite para darnos cuenta de lo que valemos cada uno de nosotros, de nuestra grandeza?

La vida es incansable a la hora de mostrarnos el camino del crecimiento. En un momento de mi vida, hace mucho tiempo, fui a clases de baile, y se desataron en mí sentimientos de baja autoestima y pensamientos despiadados de autocrítica. En aquella época, resolví esa turbulencia emocional fijándome en la naturaleza. Empecé a ver a cada una de mis compañeras y a mí misma como hermosas flores. Éramos todas flores de distintos colores y formas; cada una con sus características, creábamos un jardín bien hermoso. Imaginaba que en ese mundo cada una de las flores se encargaba de brindar su belleza y admiraba a todas sus hermanas flores, y yo me sentía tan hermosa como ellas. El caso es que esa estrategia me funcionó. Partiendo como partía de una autoestima bajísima, conseguí bailar ante el público en varias ocasiones, y lo recuerdo como un hermoso logro que disfruté muchísimo.

Como dice Alfie Kohn, experto en educación: “la verdadera alternativa a ser el número 1 no es ser el número 2, sino ser psicológicamente libre para ignorar todas las clasificaciones”.

Y a continuación siete claves para elevar tu autoestima:

  1. Acéptate con buen humor y dignidad tal y como eres. Cada ser humano es único. Tu huella dactilar es única; hasta tu voz tiene un registro propio. Agradece con alegría cada uno de tus atributos. 
  2. Apréciate y valórate. Pon el foco en aquellas características que te gustan de ti. Vamos, seguro que existen. Sonríe y apúntalas en un papel.
  3. Recuerda cada uno de tus logros, por pequeño que sea, y apúntalos en tu lista.
  4. Confía en ti mismo y coopera con la realidad. Pon a prueba tus propios recursos con decisión. No necesitas de la aprobación de los demás para utilizarlos; sé valiente y explora nuevos caminos.
  5. Todos cometemos errores; forma parte del aprendizaje. Hazte responsable de ellos (no culpable) y avanza sintiéndote libre y con resiliencia. 
  6. Admira y valora de forma sana a otros, para aprender y enriquecer tu vida. Apunta qué cualidades te aportan las otras personas y agradece la diversidad que te ofrece la vida.
  7. Utiliza herramientas como la visualización y la meditación para recuperar tu poder interior y hacerte más consciente de ti mismo, de la grandeza que hay en ti y de la realidad infinita que te rodea.

¿Estás interesad@ en una sesión?

Contáctame: +34 722 24 47 64 | sesiones@yolandasanmiguel.com

Yolanda San Miguel

Terapeuta holística y formadora